¿Cuántos funcionarios de alto nivel conoce usted que hayan trabajado con los presidentes Zedillo, Fox y Calderón?
Alfredo Elías Ayub es quizás el único en activo, y hoy en el sector energético nacional tal vez es el hombre más poderoso. Sin duda, es el más experimentado. A diferencia de Pemex, la CFE que él dirige no tiene en su consejo representantes de los principales partidos políticos, lo que le da mayor margen de maniobra.
Elías Ayub detonó la participación de empresas privadas productoras de electricidad que le venden a la paraestatal, misma que hoy está sobrada de capacidad de generación.
Hizo lo mismo con el número de sus clientes, que aumentaron de 17 millones a 33 millones en una década, sin contar los de Luz y Fuerza del Centro.
Firmó convenios de productividad con el sindicato y otros méritos pueden atribuírsele a Elías Ayub.
Pero hoy su capacidad está a máxima prueba.
Tiene muy pocos trabajadores propios que puedan encargarse de suministrar electricidad al centro del País.
Los contratistas que, pagados, vinieron a cambiar transformadores y atender apagones, ya se quieren regresar a sus ciudades.
Se quejan de ataques violentos por parte del SME, que dirige Martín Esparza, y abusos del Suterm, que encabeza Víctor Fuentes.
Luego, otra bomba. Su director de operaciones, Néstor Moreno, renunció luego de ser acusado de corrupción.
¿Qué hace ante estos problemas Elías Ayub? Callar.
Nunca ha sido su estilo el de buscar micrófonos o cámaras, pero su aparente ausencia ante el tamaño de los problemas preocupa... por decir lo menos.
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