miércoles, 13 de octubre de 2010

Ebrard no puede

Guillermo Chao Ebergenyi

El problema de la Ciudad de México es que sus habitantes somos minoría y el gobierno de Marcelo Ebrard es mayoría.

El manejo de esa mayoría mandona e implacable estimuló a Ebrard para responder con un silogismo a los reclamos populares contra los bloqueos al tránsito que el lunes pasado hizo el SME.

Premisa mayor: los electricistas tiene derecho a manifestarse. Premisa menor: carezco de facultades constitucionales para impedir que se manifiesten. Conclusión: los transeúntes se van a tener que fregar.

Ebrard no carece de facultades. De lo que carece es de un par de artículos que son muy útiles en estos casos, porque facultades constitucionales sí que tiene.

A ver: la Constitución garantiza la libertad de tránsito; pero en ningún momento señala que ese derecho esté reservado a los del SME. El libre tránsito es una garantía de observancia universal y obligatoria, y si el SME la ejerce en violación de la garantía de los demás, el SME viola ley, y como el que viola ley delinque, y al que delinque se le debe forzar a que deje de hacerlo mediante el uso de la fuerza pública. Y esto es lo que no hace Ebrard, porque la fuerza pública del Gobierno del DF está para cuidar el orden, no el desorden.

Si Ebrard quiere, le podría cuantificar los daños ocasionados por su carencia de facultades. Por ejemplo: los propietarios de negocios ubicados en Paseo de la Reforma y calles aledañas están que trinan por la estrepitosa caída de las ventas e incomodidades padecidas entre la noche del jueves 7 de octubre y la tarde del lunes 11. Fueron cuatro días completos en los que ellos y sus clientes sufrieron en serio. Primero por la ocurrencia que tuvo CONADE al cerrar Reforma para realizar un desproporcionado, costoso e inútil “festival olímpico” que ni al caso venía. Pero eso no fue todo. Como fin de fiesta, el SME volvió a hacer la suya el lunes, cuando Reforma finalmente quedó liberada del yugo de la CONADE.

Que transitar la ciudad es un desmadre, lo sabemos todos los que la recorremos diariamente. Estamos tan familiarizados con ello, que nos hablamos de tú con sus baches, sus atascos o sus atajos, eso que la autoridad llama “vías alternas”.

Si de por sí hay que padecer el pésimo concepto de ingeniería vial que el Gobierno de Ebrard maneja, con salidas del Periférico situadas a sólo 100 metros de las entradas (lo que provoca un caos entre los que reducen velocidad para salir con los que la aumentan para entrar), a eso hay que añadir la complacencia ante manifestantes profesionales como los del SME, que han hecho de la calle su último recurso después de perder en todas las instancias legales, encima de ello, añada una autoridad que dice carecer de facultades legales para impedirlo.

En suma, que el SME puede hacer lo que quiera, cuando quiera y donde quiera, y los demás, que se aguanten porque Ebrard carece de facultades…según él.

Pero ya decía que Ebrard es mayoría. La tiene en 14 de las 16 delegaciones, la tiene en la Cámara de Representantes, la tiene en los mandos de policía y tránsito, y no la usa. O mejor dicho, abusa.

Si Marcelo Ebrard no tiene facultades, qué trabajo le cuesta adquirirlas mediante el envío de una iniciativa de ley a Donceles para que específicamente prohíban bloqueos como los que hace el SME.

Seguro que sus fieles diputados la aprobarían sin chistar, como han aprobado tantas otras ordenanzas que benefician a unos cuantos; pero a Ebrard le ha parecido más urgente promover la adopción de menores por parte del nuevo concepto de matrimonio, que garantizar la libertad de tránsito para todos.

No, definitivamente Ebrard no carece de facultades. De lo que carece es de sentido de equidad, sensatez y buen gobierno. Y si le faltan los artículos necesarios, que los obtenga.

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