Dom, 06/02/2011 - 05:30, Israel Navarro
- Esparza anunció que se reunirá con el gobernador de la entidad para que los votos mexiquenses del PRI en San Lázaro impulsen la construcción de la paraestatal, que daría empleo a cerca de 16 mil trabajadores.
Edomex.- Los coqueteos entre Martín Esparza y Enrique Peña Nieto comenzaron. “Peña quiere votos, nosotros una empresa”, advirtió el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
Atípica fue la caravana de ayer de los integrantes del SME por tierras mexiquenses, pues los casi nueve mil “trabajadores de la resistencia”, según autoridades del Estado de México, fueron cuidadosos, cada detalle de su movilización estuvo calculado.
“Muera el mal gobierno”, arengó Martín Esparza
—¿El del Estado de México? se le cuestiona.
—No, este es de compromisos. Peña quiere votos, nosotros una empresa, con la mayoría de los legisladores mexiquenses en la Cámara de Diputados la podemos sacar adelante.
A las 09:30 horas arribó el líder del SME. Martín Esparza dejó los sacos formales, su distintivo del sindicato y se vistió de caudillo. Portaba camisa a cuadros, sombrero, pantalón de mezclilla y botas con espuelas de plata, la tarde era especial.
Montado en El Regalo, un equino que trajo desde su pueblo Juandho, Hidalgo, dirigió a los autoproclamados “Dorados de Esparza”, que más bien parecían rojos. Los rojos del SME que muy pronto podrían convertirse en los rojos de Peña Nieto para detener la aplanadora de la oposición en el bastión del PRI.
Los electricistas fueron cautos. Los camiones provenientes de Hidalgo y Distrito Federal fueron estacionados en un terreno baldío para no afectar el flujo de automóviles. “La insurgencia ha comenzado”, fue el grito de Esparza con el que inició la caravana.
“Nunca habíamos visto una marcha de estas dimensiones en Toluca, si hay gente que se manifiesta pero nunca pasan de las mil personas. Ahora veo lo que sufren en la ciudad”, declaró el oficial Roberto Aspe.
La marcha fue encabezada por 34 jinetes. Los organizadores no dejaron cruzar a nadie al paso de los sombrerudos. “El chiste es que nos vean”, refirió un hombre que vestía también una playera con la imagen del Ché Guevara.
Tan especial fue la movilización para los toluqueños que salían de sus casas para observar a la “insurgencia civil”, los automovilistas bajaban la velocidad para mirar a los electricistas que sólo habían visto en las noticias, la televisión.
Fue raro escuchar sólo el paso de los caballos de “la insurgencia civil”, las consignas eran intermitentes pero siempre contra el Gobierno Federal, porque el ejecutivo mexiquense “es de compromisos”, dijeron.
“Hasta Carlos Hank González nos recibe con los brazos abiertos”, gritó uno de los electricistas. Los esmeítas se sintieron en casa, entraban a los centros comerciales y no los veían mal como en la capital, los claxons de los automovilistas eran en aprobación al movimiento.
La caravana duró poco más de tres horas. Tránsito por la avenida Paseo Tollocan y por la calle Miguel Hidalgo para desembocar en la Plaza de Armas de Mártires; sólo tuvo un altercado, cuando un camión tipo Trotón de la Comisión Federal de Electricidad se cruzó a la caballada. Pero los electricistas únicamente lo hicieron a un lado y colocaron dos cartulinas: una con el escudo del SME y otra que decía “para Vivir Mejor, que renuncie Calderón”.
Los cálculos en la visita del SME fueron exactos, al llegar al zócalo toluqueño, Esparza y su comitiva de 12 hombres, “sus dorados”, ingresaron al Palacio de Gobierno del Estado de México, donde los recibió Luis Enrique Miranda Nava, secretario de gobierno estatal.
Tras una hora de reunión, Esparza anunció que en próximas semanas se reunirá con el gobernador de la entidad, para que los votos mexiquenses del PRI en San Lázaro impulsen la construcción de la paraestatal que daría empleo a cerca de 16 mil trabajadores.
La caballada esmeíta dejó satisfechos a los electricistas y al gobierno mexiquense. Hubo saldo blanco y ningún altercado violento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario