Raúl Rodríguez Cortés
Lejos están Felipe Calderón y Javier Lozano Alarcón de cantar victoria en el caso de Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano de Electricistas. Se dirá, sí, que la empresa ya fue extinguida y que eso, en sí, ya es una victoria. Y acaso lo sea, pero pírrica, es decir, una victoria obtenida con más daño al vencedor que al vencido, como solía ocurrir con Pirro, rey de Epiro, en la antigua Grecia. Porque los trabajadores del SME que no se liquidaron tendrán que ser recontratados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como patrón sustituto o por un nuevo organismo público descentralizado creado para el efecto.
Calderón decretó el 10 de octubre de 2009 la extinción de Luz y Fuerza del Centro, y ordenó a la Policía Federal ocupar sus instalaciones. El argumento: que dicho organismo era una sangría económica para el gobierno federal y que su sindicato, el SME, era un gremio corrupto que sólo protegía a holgazanes. Fue así que se transfirió a la CFE y a sus trabajadores —afiliados a otro sindicato, el SUTERM—, la tarea de suministrar energía eléctrica a la región central del país.
El gobierno, a través del entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano, ofreció liquidar a los casi 20 mil trabajadores que quedaban en la calle, pero 16 mil 599 no aceptaron e iniciaron una lucha que ya va para tres años y que pasó del conflicto económico (jamás demostrado a cabalidad), a la descarada intención de terminar las relaciones laborales con el organismo, extinguir al SME y quitar de en medio así un obstáculo más a la estrategia privatizadora de la industria eléctrica.
Fue así que Lozano, hoy senador del PAN, respaldó una facción sindical disidente encabezada por el ex tesorero Alejandro Muñoz (en la cárcel desde el pasado 10 de septiembre por el presunto desvío de más de 22 millones de pesos de cuotas sindicales), negó la toma de nota al Comité Ejecutivo encabezado por Esparza y exgió la reposición del proceso electoral del gremio.
Pero después de esas y muchas otras maniobras leguleyas en las que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje actuó parcialmente, el SME mantiene vigencia y registro como sindicato nacional de industria, después de obtener del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito en Materia del Trabajo un amparo que reconoce su contrato colectivo de trabajo, además de la existencia de un patrón sustituto, lo que a cualquier costo querían evitar Calderón y Lozano, así como sus incondicionales Álvaro Castro, ex subsecretario; Gary Jorge Pérez Grijalva, director de Acuerdos y Asuntos Colectivos de la Secretaría del Trabajo, y Eduardo Andrade Salaverría, presidente de la Junta Federal de Conciliación Arbitraje (JFCA).
Ésta deberá, en los próximo días, elevar a laudo este fallo jurisdiccional inapelable que ampara, reconoce patrón sustituto y abre así las puertas a la recontratación de los 16 mil 599 trabajadores en lucha por parte de la CFE o un nuevo organismo público descentralizado.
Sin dejar de ver todos los vicios y la opacidad en que se ha movido el sindicalismo mexicano del que forma parte el SME, debe destacarse que hay luchas largas pero que rinden frutos, y ésto no debe perderse de vista de cara a la reforma laboral que limita derechos de los trabajadores y que está en vías de aprobación.
Atte. La comisión de trabajo
de taller automotriz.