Si nada cambia en las próximas horas, la reforma energética, versión 2.0, que enviará el Presidente Enrique Peña Nieto traerá los siguientes elementos.
Un cambio constitucional en al menos tres artículos, el 25, 27 y 28 con el fin de lograr los siguientes puntos: una apertura total en el tema de hidrocarburos procesados como la petroquímica, donde habría participación privada al 100%, incluso en temas que hoy están restringidos al Estado como es la petroquímica básica. y la refinación.
La novedad no es que haya un planteamiento de apertura en hidrocarburos sino que se está buscando que esta apertura se détambién en el tema de generación de electricidad, lo que implicaría crear un mercado eléctrico donde habría competencia de los privados.
La estrella de la reforma 2.0 son las reformas legales para Pemex Exploración y Producción que podría firmar, finalmente, contratos de riesgo en estas dos actividades. El Estado mantendría el control sobre las reservas y se plantean cambios fiscales de fondo en la paraestatal.
Los contratos de riesgo le permitirían a Pemex ingresar en nuevas actividades como son las aguas profundas del Golfo de México, no las someras donde es líder mundial en este tipo de desarrollos petroleros.
Lo que se está buscando es la participación de nuevos operadores petroleros que lo mismo trabajen con Pemex Exploración y Producción o solos en zonas donde haya una mayor necesidad de tecnología.
Es el mismo caso de lo que se haría con el Shale Gas o Gas de Esquisto, donde lo que se quiere es que haya una participación de las empresas privadas pequeñas y medianas y con experiencia en el otro lado de la frontera.
Con los precios actuales del gas natural la explotación del Shale Gases poco competitiva pero mejora el perfil con lo que se obtenga del Shale Oil y los líquidos del gas ya que su costo de venta es igual al del petróleo ligero, tipo West texas Intermediate o incluso como el Brent.
Las interrogantes de la reforma, como en todas las que han propuesto, son las relacionadas con los detalles y van desde cómo funcionará el mercado eléctrico con una competencia abierta en generación pero con un control en distribución y comercialización. -una reforma que intentó en su momento Vicente Fox con su secretario de Energía, Felipe Calderón- y que se supone es un esquema ya en operación.
Hasta el marco fiscal que se aplicará a Pemex y a los proyectos con los que está caminando y lo que harán con los proyectos nuevos donde podría, o no, estar involucrado Pemex.
Lo que nos cuentan es que esta propuesta es diferente a las que se han enviado en otros momentos como la de Telecomunicaciones ya que es la pura propuesta del Presidente, no la de su partido o, mejor aún, la del Pacto por México.
La presentación que se hará este medio día es una simple entrega de una propuesta de reforma constitucional, enviada -como decía Piporro- por Paloma Mensajera, sin fiestas, ni aspavientos. Sin estar planchada con el resto de los partidos y sumando los votos en el Congreso de la Unión.
Es la reforma del gobierno, sin tener todos los amarres que requiere y tocando temas que para la izquierda mexicana son inviolables como los contratos de riesgo.
No se vende ni un tornillo, eso es cierto. De lo que está ahora nada se toca, pero hacia adelante se necesitarán cambios y, dependiendo de los arreglos a los que se llegue, podríamos tener un esquema fiscal específico para el viejo Pemex y otro para el Nuevo Pemex.
Y quedan interrogantes cómo quién será el titular del contrato colectivo de trabajo de las nuevas empresas operadoras o el papel de los reguladores como la Comisión Nacional de Hidrocarburos o la Comisión Reguladora de Energía.
Atte.
Comisión de trabajo de taller automotriz
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